Corremos el riesgo de que la propiedad se queme en el mercado. Y ahora, ¿Te imaginas tener una vivienda en Lleida valorada en 170.000 euros y sacarla al mercado por 200.00? Quizás estés pensando que no es tan mala idea, ya que si no se vende por 200.000 euros, ya habrá tiempo de bajar su precio. Pero, ¿Y si te dijéramos que esto no funciona así?

Los compradores tienden a desconfiar de las viviendas que permanecen demasiado tiempo a la venta ya que consideran que puede haber algo en ellas que dificulte su venta. Esto termina ocasionando que los vendedores se vean obligados a recurrir a continuas bajadas sobre el precio inicial. ¿El resultado? Nuestra vivienda no se venderá ni por los 200.000 euros iniciales, ni por los 170.000 euros que sería su precio de mercado. Lo más probable es que nuestra vivienda se acabe vendiendo por una cifra muy inferior a su valor real.

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